viernes, 29 de noviembre de 2019

Cáncer colorrectal

Cáncer colorrectal
Cáncer colorrectal

El cáncer colorrectal, cáncer de colon y recto, es la segunda causa principal de mortalidad por cáncer. El cáncer de colon ocurre en el intestino grueso. Si el cáncer está en las últimas 6 pulgadas del colon (el recto), se considera cáncer rectal. El colon es la parte inferior del sistema digestivo, que procesa los alimentos para obtener energía y elimina los desechos sólidos del cuerpo.

Juntos, estos cánceres se conocen como cáncer colorrectal. La mayoría de los cánceres colorrectales comienzan como adenomas benignos o pólipos que crecen en el revestimiento interno del colon o del recto. Estos crecimientos se diseminan muy lentamente, tardando de 10 a 20 años en volverse cancerosos. Las pruebas de detección regulares pueden identificar y extirpar pólipos antes de que se vuelvan cancerosos. Una vez que se diagnostica el cáncer colorrectal, el pronóstico depende de cuánto se ha diseminado el cáncer.

La mayoría de los casos de cáncer colorrectal ocurren en personas mayores de 50 años. Aunque el cáncer colorrectal es responsable de miles de muertes cada año, es altamente tratable si se detecta a tiempo.

Signos y síntomas

Desafortunadamente, la mayoría de las personas con cáncer colorrectal no tienen ningún síntoma en la etapa temprana de la enfermedad. Es por eso que las pruebas de detección, como la colonoscopia, son tan importantes.

En general, los signos y síntomas del cáncer colorrectal pueden incluir los siguientes:

  • Cambios en los hábitos intestinales
  • Sangre en las heces
  • Problemas relacionados con la pérdida de sangre (anemia, debilidad, fatiga, falta de aliento, latidos cardíacos fuertes o acelerados, dolor en el pecho e intolerancia al ejercicio)
  • Incomodidad abdominal (gases frecuentes, hinchazón, llenura, calambres y dolor)
  • Pérdida de peso inexplicable
  • Dolor al defecar
  • Sensación de que el intestino no se vacía completamente
  • Cansancio

Estos síntomas pueden ser causados por el cáncer colorrectal o por otras afecciones como infecciones, Hemorroides y enfermedad intestinal inflamatoria. Es importante que le diga a su médico acerca de cualquiera de estos síntomas.

Causas del cáncer colorrectal

Más de la mitad de todos los cánceres colorrectales ocurren sin ninguna causa conocida. Los estudios también sugieren que la genética puede jugar un papel. Algunas personas con cáncer colorrectal portan mutaciones genéticas específicas o tienen parientes con la afección. Las personas con antecedentes familiares de síndromes genéticos específicos, como poliposis adenomatosa familiar, síndrome de Lynch, poliposis juvenil y síndrome de Peutz-Jeghers, también tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Aproximadamente el 25% de las personas tienen un componente familiar. Fumar y consumir una dieta alta en grasas también aumenta el riesgo de desarrollar cáncer.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo para el cáncer colorrectal incluyen:

  • Edad (ser mayor de 50 años)
  • Tener cáncer colorrectal anteriormente
  • Tener antecedentes de pólipos adenomatosos
  • Antecedentes familiares de cáncer colorrectal
  • Consumir una dieta alta en grasas
  • Consumo prolongado de carne roja y procesada
  • Fumar
  • Tener sobrepeso
  • Consumo excesivo de alcohol
  • Tener enfermedad intestinal inflamatoria (como la enfermedad de crohn y la colitis ulcerosa)
  • Tener diabetes
  • Cáncer endometrial u ovárico previo
  • Mujeres que se someten a radiación para el cáncer ginecológico

Diagnóstico

El médico elaborará la historia médica completa, llevará a cabo un examen físico y puede ordenar uno o más exámenes para diagnosticar el cáncer colorrectal, incluyendo sigmoidoscopia, colonoscopia y enema de bario. Durante una sigmoidoscopia o una colonoscopia, el médico extrae una muestra de tejido (llamada biopsia) del colon o del recto y la examina bajo un microscopio para detectar crecimientos anormales.

Si el cáncer es evidente, el médico llevará a cabo una serie de exámenes (radiografía de tórax, tomografía computarizada del abdomen y análisis de sangre para verificar la función hepática) para ver si el cáncer se ha diseminado y para ayudar a determinar la etapa (o extensión) de la enfermedad. Los estadios del cáncer colorrectal incluyen

  • Etapa 0: La etapa más temprana; el cáncer se encuentra sólo en el revestimiento más interno del colon y/o recto.
  • Etapa 1: El cáncer ha crecido a través del revestimiento más interno, pero no se ha diseminado más allá de la pared del colon o el recto.
  • Etapa 2: El cáncer se ha diseminado a capas más profundas de la pared del colon o del recto, pero no a los ganglios linfáticos.
  • Etapa 3: El cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos, pero no a otras partes del cuerpo.
  • Etapa 4: El cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo, como el hígado y los pulmones.

Cuidado Preventivo

Revisión

El cáncer colorrectal es altamente prevenible, incluso curable, cuando se detecta temprano. La detección regular del cáncer colorrectal detecta los pólipos antes de que se vuelvan cancerosos. Los estudios muestran que las colonoscopias, en particular, previenen hasta el 19% de las muertes por cáncer colorrectal. Las pautas actuales recomiendan estas opciones de revisión, comenzando a la edad de 50 años para las personas que tienen un riesgo promedio de cáncer de colon:

  • Examen anual de sangre oculta en heces, pruebas de sangre en las heces
  • Pruebas de ADN en heces, pruebas de marcadores de ADN eliminados por las células cancerosas de pólipos precancerosos
  • Sigmoidoscopia flexible, cada 5 años, examen del recto y de la parte inferior del colon con un instrumento con luz
  • Colonoscopia, cada 10 años (si la colonoscopia anterior era normal y no había otros factores de riesgo), examen del recto y de todo el colon con un instrumento con luz
  • Enema de bario de doble contraste, cada 5 años (asumiendo que todas las pruebas previas fueron normales y que no hay otros factores de riesgo presentes), examen usando una serie de rayos X que revelan los contornos del colon y el recto.
  • La colonoscopia virtual (colonografía por TAC), cada 5 años (asumiendo que todas las pruebas anteriores eran normales y que no hay otros factores de riesgo presentes), utiliza una tomografía computarizada para tomar imágenes del colon.

Las personas con antecedentes familiares de cáncer colorrectal deben someterse a una colonoscopia cada 3 a 5 años, comenzando al menos 10 años antes de la edad del familiar en el momento de su diagnóstico.

Dieta y ejercicio

Comer muchas frutas y verduras, así como alimentos ricos en Ácidos grasos omega-3 (como el salmón y el fletán), folato (como los granos enteros y las verduras de hoja verde) y calcio (como las verduras de mar y la col rizada), puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer colorrectal. Limitar el consumo de alcohol, dejar de fumar y reducir el consumo de alimentos altos en grasa y fritos, particularmente las carnes rojas, también puede proteger contra el desarrollo de cáncer colorrectal.

Mantener un peso adecuado y hacer ejercicio regularmente también reduce su riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Incluso pequeñas cantidades de ejercicio de forma regular son protectoras.Se recomienda al menos 30 minutos de actividad física la mayoría de los días.

Tratamiento

La cirugía para extirpar la parte del colon que contiene el tumor es el tratamiento primario. Dependiendo de la etapa del cáncer, la cirugía es seguida con quimioterapia. Si el tumor es particularmente grande, es posible que necesite radiación antes o después de la cirugía.

Algunos medicamentos o suplementos pueden ayudar a prevenir el desarrollo de pólipos o cáncer colorrectal. Hacer cambios en el estilo de vida, especialmente comer menos carne roja, perder peso, dejar de fumar y hacer más ejercicio, puede ayudar a prevenir la enfermedad, incluso en personas con antecedentes familiares de la enfermedad.

Estilo de vida

Incluso si usted no tiene antecedentes familiares de cáncer colorrectal, un estilo de vida poco saludable puede aumentar su riesgo de desarrollar la enfermedad. Algunos expertos creen que hacer cambios saludables en el estilo de vida puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal hasta en un 70%.

Muchos estudios apoyan la asociación entre el cáncer colorrectal y la falta de ejercicio y la Obesidad. Las investigaciones continúan mostrando que el ejercicio y las dietas bajas en calorías pueden ayudar a prevenir el cáncer colorrectal.

Un estudio grande, basado en la población de hombres y mujeres en Hawaii encontró que los siguientes factores del estilo de vida estaban relacionados con el cáncer colorrectal:

  • Fumar
  • Consumo excesivo de alcohol
  • Antecedentes de diabetes
  • estreñimiento frecuente
  • Dieta alta en calorías
  • Obesidad
  • Inactividad física
  • Bajo consumo de fibra vegetal (la evidencia aquí es mixta)
  • Niveles altos de insulina (hormona que controla los niveles de azúcar en la sangre)
  • Consumo de carne

Medicamentos

Después de la cirugía, se puede administrar quimioterapia (el uso de medicamentos anticancerosos para destruir las células cancerosas) para destruir cualquier célula cancerosa que permanezca en el cuerpo. La quimioterapia controla la propagación de la enfermedad y mejora las tasas de supervivencia con el tiempo. Los médicos pueden usar los siguientes medicamentos quimioterapéuticos solos o en combinación para tratar el cáncer colorrectal:

  • FOLFOX. Un tipo de quimioterapia de combinación usada para tratar el cáncer colorrectal. Incluye los fármacos fluorouracilo, leucovorina y oxaliplatino.
  • Camptosar. Se utiliza cuando el cáncer de colon se ha diseminado (ha hecho metástasis) o ha regresado; puede combinarse con otros medicamentos.
  • Bevacizumab (Avastin). Se utiliza cuando el cáncer colorrectal se ha diseminado y priva a los tumores de sangre y oxígeno.
  • Cetuximab (Erbitux). Se usa cuando el cáncer colorrectal se ha propagado a pesar del uso de otro medicamento, irinotecan (Camptosar), o cuando las personas no pueden tomar Camptosar solas. Actúa para impedir que las células cancerosas se reproduzcan.
  • Panitumumab (Vectibix). Se utiliza cuando el cáncer colorrectal se ha diseminado a pesar de la quimioterapia. Funciona de forma similar a Erbitux.

Los investigadores están investigando si el uso a largo plazo de la aspirina y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) juega un papel en la prevención y tratamiento del cáncer colorrectal. Los estudios preliminares son prometedores. Sin embargo, estos medicamentos tienen sus propios riesgos, incluyendo una mayor probabilidad de sangrado estomacal. Los NSAID también pueden aumentar el riesgo de problemas cardíacos.

Cirugía y otros procedimientos

La cirugía es el tratamiento de elección para el cáncer colorrectal, y es mejor cuando la enfermedad se encuentra en una etapa temprana. Los pólipos se pueden extirpar durante una colonoscopia, antes de volverse cancerosos.

Cuando el cáncer de colon está presente, una persona puede necesitar una extirpación parcial o total del colon (colectomía) y del recto (resección rectal). Depende de la gravedad del cáncer, de dónde está localizado y de si se ha diseminado o no. Durante la cirugía, el cirujano también examina otros órganos para detectar signos de cáncer. Si el cáncer se ha diseminado al hígado, también se puede extirpar una porción del hígado.

Después de extirpar el tumor y el tejido cercano, el cirujano vuelve a conectar las partes sanas del colon o del recto. Si las partes sanas del colon o del recto no se pueden volver a conectar, se hace una abertura temporal o permanente (estoma) a través de la pared del abdomen para proporcionar una vía para que el material de desecho salga del cuerpo. Este procedimiento se denomina colostomía. La radiación también se puede usar antes o durante la cirugía para reducir el tamaño del tumor y se puede recomendar después de la cirugía para reducir el riesgo de recurrencia. Después de la cirugía, las colonoscopias se realizan cada 3 a 6 meses durante 3 años.

Nutrición y suplementos dietéticos

El cáncer colorrectal nunca debe tratarse únicamente con suplementos nutricionales y dietéticos. Sin embargo, un plan de tratamiento integral para el cáncer colorrectal puede incluir una variedad de terapias complementarias y alternativas (CAM). Algunos suplementos y hierbas pueden ayudar a reducir los efectos secundarios de los medicamentos convencionales.

Otros pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Las terapias cuerpo-mente como la meditación, las técnicas de relajación, el yoga y el qi gong pueden reducir los efectos del Estrés y mejorar su respuesta al tratamiento. Pregúntele a su equipo de proveedores de atención médica sobre las mejores maneras de incorporar estas terapias en su plan de tratamiento general.

Siempre dígale a su médico acerca de las hierbas y suplementos que está usando o considerando usar. Algunos suplementos pueden interferir con los tratamientos convencionales para el cáncer, incluyendo la quimioterapia.

Siga estos consejos nutricionales para la salud general:

  • Coma alimentos antioxidantes, incluyendo frutas (como Arándanos, cerezas y tomates) y verduras (como calabazas y pimientos). Los antioxidantes ayudan a proteger contra el cáncer.
  • Evite los alimentos refinados, como los panes blancos, las pastas y especialmente el azúcar.
  • Coma alimentos ricos en fibra, especialmente verduras crucíferas, como brócoli, coliflor y repollo.
  • Coma menos carnes rojas y más pescado de agua fría, tofu (soya, si no hay alergia) o frijoles como proteínas. Los estudios sugieren que las personas que comen menos carne tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Las fuentes de proteínas de calidad, como los huevos orgánicos, suero de leche y batidos de proteínas vegetales, se pueden utilizar para ayudar a ganar masa muscular y prevenir el desperdicio que a veces puede ser un efecto secundario de las terapias contra el cáncer.
  • Use aceites saludables, como el aceite de oliva o el aceite de coco.
  • Elimine los ácidos grasos trans que se encuentran en los productos horneados comercialmente como galletas, galletas saladas, pasteles, papas fritas, aros de cebolla, donas, alimentos procesados y margarina.
  • Reduzca las grasas saturadas, especialmente la carne roja.
  • Evite la cafeína y otros estimulantes, el alcohol y el tabaco.
  • Beba de 6 a 8 vasos de agua filtrada diariamente.
  • Haga ejercicio por lo menos 30 minutos al día, 5 días a la semana.

Estos suplementos también pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal:

  • Un multivitamínico diario, que contiene las vitaminas antioxidantes A, C, E, el complejo B y oligoelementos, como Magnesio, calcio, zinc y Selenio.
  • Ácidos grasos omega-3, como el aceite de pescado, 1 a 2 cápsulas o 1 a 3 cucharadas de aceite al día. Los estudios de población sugieren que los ácidos grasos omega-3 pueden reducir el riesgo de desarrollar cáncer de colon, mama o próstata. Estudios preliminares sugieren que el aceite de pescado podría ayudar a reducir la tasa de crecimiento de las células del cáncer de colon. Se necesita más investigación. Pregúntele a su médico antes de tomar dosis altas de aceite de pescado suplementario, especialmente si usted está tomando medicamentos anticoagulantes, como warfarina (Coumadin) o aspirina. Los peces de agua fría, como el salmón o el fletán, son buenas fuentes para añadir a su dieta.
  • Suplemento probiótico (que contiene una mezcla de organismos incluyendo Lactobacillus acidophilus), de 5 a 10 mil millones de UFCs (unidades formadoras de colonias) al día. Estas bacterias “amigables” ayudan a mantener el tracto digestivo saludable. La evidencia preliminar sugiere que los probióticos podrían ayudar a reducir la recurrencia de tumores en personas que se han sometido a cirugía para extirpar el cáncer de colon. Refrigere sus suplementos probióticos para obtener los mejores resultados.
  • Calcio, 1,000 a 1,200 mg diarios. El calcio se une a los ácidos grasos ionizados y a los ácidos biliares secundarios para reducir la toxicidad de la mucosa y/o reducir directamente la proliferación intestinal. De hecho, los estudios muestran una reducción del 14% en el riesgo entre los sujetos con las categorías de consumo más altas versus las más bajas.
  • vitamina D. Estudios preliminares sugieren que la suplementación con vitamina D sola puede estar asociada con una reducción de hasta un 50% en el riesgo de cáncer de colon. Se necesita más investigación. Las pautas de dosificación para la vitamina D han sido objeto de mucha controversia con algunos expertos que recomiendan una dosificación conservadora de 400 a 1000 UI al día para los adultos, mientras que otros sostienen que se necesitan dosis mucho más altas.

También han aparecido algunos suplementos de vitamina D megadosis en las tiendas de alimentos saludables. Los niveles altos de vitamina D pueden ser particularmente riesgosos en pacientes con Sarcoidosis, Histoplasmosis, enfermedad paratiroidea y algunos tipos de linfomas. La única manera de determinar la dosis apropiada es hacer que su médico examine sus niveles de vitamina D. Hable con su médico acerca de las cantidades adecuadas de vitamina D para su caso particular.

Hierbas

Las hierbas son una forma de fortalecer y tonificar los sistemas del cuerpo. Sin embargo, las hierbas solas nunca deben usarse para tratar el cáncer de colon, y usted debe hablar con su médico antes de tomar cualquier hierba si está recibiendo tratamiento para el cáncer de colon. Algunas hierbas y suplementos pueden interferir con la quimioterapia y otros tratamientos.

Usted puede usar hierbas como extractos secos (cápsulas, polvos o tés), glicerinas (extractos de glicerina) o tinturas (extractos de alcohol). A menos que se indique lo contrario, haga tés con 1 cucharadita de hierba por taza de agua caliente. Cubierto de 5 a 10 minutos para las hojas o las flores, y de 10 a 20 minutos para las raíces. Beba de 2 a 4 tazas al día. Usted puede usar tinturas solas o en combinación como se indica.

  • Té verde (Camellia sinensis) extracto estandarizado, 250 a 500 mg diarios. El té verde contiene antioxidantes y puede ayudar a estimular el sistema inmunológico. Puede ayudar a prevenir el cáncer, aunque los estudios no han podido demostrarlo. Use productos sin cafeína. También puede preparar tés de la hoja de esta hierba. El té verde puede empeorar los síntomas en personas con glaucoma y puede estar contraindicado en ciertas personas que sufren de enfermedad hepática y osteoporosis; hable con su médico.
  • Extracto estandarizado de hongo hongo reishi (Ganoderma lucidum). Los estudios en animales sugieren que puede tener propiedades para combatir el cáncer. Un estudio en humanos encontró que fortaleció la respuesta del sistema inmunológico, que a menudo se debilita durante la quimioterapia. El hongo hongo hongo reishi puede interactuar con medicamentos que disminuyen la coagulación de la sangre (anticoagulantes/antiplaquetarios).
  • Seta de Maitake (Grifola frondosa) extracto estandarizado (fracción D). Los estudios preliminares sugieren que puede ayudar al cuerpo a combatir el cáncer, aunque se necesita más investigación para estar seguro.
  • Extracto estandarizado de cúrcuma (Curcuma longa). Se ha demostrado que la cúrcuma o curcumina mata las células cancerosas en los tubos de ensayo. Se están realizando estudios para ver si tiene el mismo efecto en los seres humanos. NO tome cúrcuma si tiene cálculos biliares u obstrucción de las vías biliares. La cúrcuma puede interactuar con medicamentos que disminuyen la coagulación de la sangre (anticoagulantes/antiplaquetarios).

Acupuntura

La acupuntura no se usa como un tratamiento para el cáncer en sí, sin embargo, la investigación sugiere que puede ayudar a reducir los síntomas relacionados con el cáncer (particularmente las náuseas y los vómitos que a menudo acompañan a la quimioterapia). Los estudios demuestran que la acupuntura puede ayudar a reducir el dolor y la falta de aliento. La acupresión (presionar sobre los puntos de acupuntura en lugar de pincharlos) también puede ayudar a controlar la disnea. La gente puede aprender esta técnica y usarla para tratarse a sí mismos.

Algunos acupunturistas prefieren trabajar con una persona sólo después de la terapia médica convencional para el cáncer. Otros proporcionan acupuntura o terapia herbal durante la quimioterapia activa o la radiación. Asegúrese de discutir estos tratamientos con su equipo médico antes de proceder. Los acupunturistas tratan a las personas con cáncer basándose en una evaluación individualizada de los excesos y deficiencias del qi localizado en varios meridianos. En muchos casos de síntomas relacionados con el cáncer, generalmente se detecta una deficiencia de qi en los meridianos del bazo o del riñón.

Medicina de la mente y el cuerpo

Las técnicas de relajación pueden ayudar a las personas que se someten a una cirugía. Un estudio encontró que las personas que recibieron atención estándar más el uso de cintas de audio de imágenes guiadas antes, durante y después de la cirugía experimentaron un sueño significativamente mejor y menos dolor después de la cirugía que las personas que recibieron sólo atención estándar.

Otras Consideraciones

Embarazo

El cáncer colorrectal puede ser difícil de detectar en mujeres embarazadas. Esto se debe a que los síntomas de la enfermedad, como el sangrado rectal, las náuseas y los vómitos, se parecen a los síntomas del embarazo. Las mujeres embarazadas deben evitar la quimioterapia y la radioterapia. La cirugía pone al feto en riesgo. Por lo general, las necesidades nutricionales y de ácido fólico se mantienen durante el embarazo, y el tratamiento se pospone hasta después del parto.

Pronóstico y complicaciones

La atención de seguimiento después del tratamiento para el cáncer colorrectal es muy importante. Si el cáncer reaparece o si se desarrolla un nuevo cáncer, se debe tratar lo más pronto posible. Si no se trata, el cáncer colorrectal se puede diseminar al hígado o a los pulmones, o un tumor puede bloquear el colon. Las personas que se someten a una colostomía pueden necesitar asesoramiento sobre cómo cuidar el estoma, así como sobre cómo lidiar con cualquier dificultad emocional.

El pronóstico depende de la profundidad del crecimiento del tumor en el tejido y de si el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos en la región abdominal o a otras áreas del cuerpo.



Desde Homeopatia Y naturopatia

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